- colección
-
El Jardín de Epicuro - No Ficción
- autores
- Emil Cioran Friedgard Thoma
- traducción
- José Rafael Hernández
- páginas
- 120
- número
- 91
- ISBN
- 978-84-949989-9-7
Por nada del mundo. Un amor de Cioran
Una historia de amor y de melancolía de la vejez entre Emil Cioran y Friedgard Thoma
«Antes de conocerle y de entablar una relación con él que se convirtió pronto en un amour fou y después en una amistad íntima (lo que para él significaba “complicidad”), recelé, entusiasmada, de sus aforismos.
Él mismo invita a ello, cuando afirma (¿de sí mismo?): “Recela de aquellos que dan la espalda al amor, a la ambición, a la sociedad. Se vengarán por haber renunciado a ello. La historia de las ideas es la historia de los rencores del solitario”. Pues, aunque ha evitado concebir ideas (o precisamente por ello) en el sentido de un sistema, sembraría, en lo fundamental, con sus «ideas» mal ensambladas, hostilidad contra la sociedad y contra todo lo que ella valora y aprecia. Esto tenía que gustarme de inmediato».
- colección
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El Jardín de Epicuro - No Ficción
- autores
- Emil Cioran Friedgard Thoma
- traducción
- José Rafael Hernández
- páginas
- 120
- número
- 91
- ISBN
- 978-84-949989-9-7
"Friedgard Thoma, una joven profesora alemana, tenía 35 años cuando a comienzos de los 80 envió una arrebatada carta, pletórica de admiración, a un Emil Cioran que rondaba los 70. Comenzaba así una relación sentimental, llena de aristas, desencuentros y pasión."
"Un Cioran íntimo, amoroso, pasional, él, que estaba obsesionado con el suicidio, el pesimismo existencial, el vacío, la nada, surgía ante nosotros mediante un trabajo de Friedgard Thoma que nos descubría una historia de amor y, cómo no, de melancolía, entre un viejo escéptico de setenta años y una mujer de treinta y cinco"
"En fin, el hombre hecho carne; no hecho de papel para ser la representación de la oscura libertad (entendida ésta o no) de cuantos, también libremente, quieran erigirse ídolos que les liberen de su escasa condición racional de lectores. Friedgard, buena lectora, le responde al maestro en una carta fechada el 27-7-81: “Sí, anhelo es más que afán, porque contiene el presentimiento de la inutilidad, mientras que el afán aspira precisamente a la meta impulsora, sin conocer su carácter inalcanzable…” Quien leyere que entienda. "
"toda su obra nos recuerda la condición de perpetuo exiliado de algunos seres, más allá de sus nacionalidades y de las fronteras que les amenazan, como nos lo demuestra uno de sus más profundos aforismos: “Vivir significa perder suelo”."
"La joven alemana define a Cioran como el estar-ahí presente, mientras que el filósofo la divisa como una musa, a veces diosa y a veces bruja. Les une una misma ilusión diferenciada, la ilusión paternal del viejo y la ilusión filial de la joven, intersectados por una especie de erótica intelectual de carácter poético"
"Si algo sí pueden esperar los lectores es la expresión del amor más pesimista -rozando el nihilismo-, que expresaría Cioran en halagos tan bellos como: "Es mejor el infierno con usted que la bendición sola"
"El filósofo aullador, el rey del nihilismo, el enemigo de la vida y el ser humano melancólico por excelencia; rabia, se retuerce, sufre y chilla por amor y deseo frustrado en este epistolario tan singular."
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"Este hombre, para quien la existencia no es más que un ejercicio de tormento, este exégeta del aburrimiento y la angustia, este pensador singular y artífice inconfundible de la palabra escrita, para quien un sentimiento como el amor no significa más que el camino más largo hacia la muerte, un esfuerzo supremo por no cruzar el limen de la vanidad; este hombre, sin embargo, amó."
"¿Es voyeurismo? ¿Ramplón ejercicio de chafardeo? No. ¿Aportan esos textos algo a su trabajo? Sí. Como me dice Alejandro Hermida, editor de las cartas de Thoma, su interés al publicarlo “es ver cómo se aleja la obra del autor de su propia vida”. Y aporta un verbo sonoro y preciso, “rajar”, para referirse a la distancia entre el acto y el deseo, entre lo íntimo y lo público, que padece –como usted– el ser que crea."
"Thoma hizo multitud de fotografías de Cioran. Cioran reservó su mejor pronunciación del alemán para hablar a su amiga en secreto. Pues el lenguaje (tanto como el intercambio de recomendaciones de Schubert o las elegías de Rilke), aun en los períodos en que su relación era bien conocida por los compañeros sentimentales de ambos, fue su mayor vínculo. De hecho, en los últimos años de Cioran, Thoma tiraba de él, no soltaba su brazo europeo. Por nada del mundo habría ella renunciado a hacerlo.
"