Giorgio de Maria
Giorgio de Maria nació en Turín en 1924. Artista multifacético, alternó la música con el teatro y la literatura de género. Fue crítico teatral en la edición turinesa del diario L’Unità de 1958 a 1965, y, a partir de 1972, colaborador de la revista quincenal Nouva Società —ambos ligados al Partido Comunista de Italia—. En 1958, junto con los músicos, musicólogos y escritores Sergio Liberovici, Michele Luciano Straniero, Italo Calvino, Franco Fortini, Emilio Jona y Fausto Amodei formó parte de la agrupación musical Cantacronache, la cual buscaba la renovación de la canción popular italiana. El grupo permaneció en activo cuatro años, durante los cuales cultivó la canción política y social y publicó cinco discos con viejas canciones de inspiración anarquista, socialista y partisana. En el verano de 1961, con algunos componentes de Cantacronache, recorrió España en busca de canciones antifascistas. En 1964 escribió —en colaboración con Eco, Straniero, Liberovici y Jona— el ensayo Le canzoni della cattiva coscienza. Es autor de cuatro novelas: I trasgressionisti (1968), I dorsi dei bufali (1973), La morte segreta di Josif Giugasvili (1976) y Los veinte días de Turín (1977); de una comedia en tres actos: Apocalisse su misura (1964), y de un guión para televisión que no llegó a realizarse: Prova d’appello (1978). «En la década de 1980 —escribe Ramon Glazov, traductor de varias obras de De Maria al inglés— sufrió una repentina crisis artística y de fe, y, dejando atrás décadas de anticlericalismo combativo, se convirtió en un ferviente católico tradicionalista. Desde entonces dedicó su pluma a la literatura religiosa, luchó contra la depresión que lo aquejaba y no volvió a escribir narrativa». De Maria falleció en Turín en 2009. En palabras de su hija Corallina, lo hizo «casi como un vagabundo, demenciado, alcoholizado y destruido por el Halcion», un medicamento para el tratamiento del insomnio.