Arthur Rimbaud
Jean Nicolas Arthur Rimbaud, el enfant terrible más transgresor y revolucionario de las letras francesas y, a día de hoy, uno de los mitos más poderosos de la literatura, absolutamente moderno, nació bajo el signo solar de Libra, en el año lunar del Tigre, y el número 3, el «artista» según la numerología pitagórica, el 20 de octubre de 1854, en Charleville. Genio precoz, niño prodigio del instituto de su localidad, coleccionista de premios de excelencia por sus versos latinos, profundamente religioso, pero también obsceno y escatológico, no tardaría en ganarse el apodo de sale cagot, «puerco santurrón». En enero de 1870, con tan sólo 15 años, publicará su primer poema, «El aguinaldo de los huérfanos», en La Revue pour Tous. Influencia destacable en su vida fue Georges Izambard, incorporado aquel año al instituto como profesor de retórica, quien le proporcionó la comprensión que necesitaba y le abrió su biblioteca, ampliando el horizonte de sus lecturas. Así, antes de que acabara el año escolar, Rimbaud compondría «Sensación», «Ofelia», «Venus Anadiomena», «Baile de los ahorcados», «El castigo de Tartufo», «El herrero», «Sol y carne»… Ese mismo año, en agosto, se subió al tren, camino de París, sin billete ni dinero; fue arrestado, encarcelado y devuelto al hogar materno. Un año después, cuando estalla La Comuna, volverá a escaparse a la capital para juntarse con los revolucionarios; pero, tras su dura experiencia de vagabundeo, pobreza extrema y violación por unos soldados, implícitamente reflejado en «El corazón del payaso», regresará de nuevo a Charleville, donde, abandonando la vida académica, merodeando por las calles e inventando en el café historias lascivas sobre sí mismo, se dedicará a escandalizar y desacreditar su apellido. A este tiempo pertenecen los poemas «Mi bohemia», «El durmiente del valle», «Soñado para el invierno», «En el Cabaret-Vert»… Un amigo anarquista de Izambard pondrá a Rimbaud en contacto con Paul Verlaine, a quien le enviará su poema «El barco ebrio». Enamorado perdidamente de Rimbaud, que contaba entonces 17 años, Verlaine dejará a su mujer y su trabajo para marcharse con él a Bélgica e Inglaterra. Hasta aquí, el Rimbaud hacedor de versos. Luego, las veladas de opio, hachís y absenta, la videncia, el desorden, la destrucción, el abismo y un cambio de registro en su poética: los poemas en prosa de Una temporada en el infierno (1873) y los que conforman Iluminaciones (1874).