- colección
-
El Jardín de Epicuro - Ficción
- autor
- Rachilde
- traducción
- Teresa Soto Tafalla
- portada
- Fotografía del Faro de Ar Men
- páginas
- 156
- edición
- Primera
- número
- 180
- ISBN
- 978-84-129499-0-2
La torre de amor
Presentamos por primera vez en español la novela más icónica de una de las grandes autoras inglesas del siglo XX
Esta historia está ambientada en el faro de Ar Men, erigido sobre una roca aislada a unas siete millas náuticas de la isla de Sein, el más alejado de la costa bretona y donde viven sus dos trabajadores: Mathurin Barnabas, hombre entrado en años y veterano en el faro, y Jean Maleux, quien se incorpora para ayudarlo. La torre y el faro son la isla, pues no hay más espacio terrestre, y son a la vez la frontera donde se pone de relieve la unión y la distancia que existe entre la feminidad, encarnada en la mar, y lo masculino, representado por el faro.
En el inmenso contraste entre el faro, que coloniza la roca donde se asienta, y el océano, que inunda el resto del paisaje, en ese borde abismal y neurótico que nos separa de la vida, Jean Maleux va degenerando de hombre a animal mientras observa a su compañero Barnabas, embrutecido y enajenado tras décadas de aislamiento en el faro.
La historia acabará difuminando las diferencias que pueden concebirse entre lo normal y lo abyecto. Los valores y lo humano van desapareciendo a causa del aislamiento de los personajes y de la influencia de la mar, esa masa incontrolable y mítica que juega a erotizar todo a su alrededor, a la vez que trae la muerte.
- colección
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El Jardín de Epicuro - Ficción
- autor
- Rachilde
- traducción
- Teresa Soto Tafalla
- portada
- Fotografía del Faro de Ar Men
- páginas
- 156
- edición
- Primera
- número
- 180
- ISBN
- 978-84-129499-0-2
"Lo onírico se confunde a menudo con la realidad, y hay que leerlo en todo en clave de simbolismos. El faro, que bien puede representar la masculinidad y la mar, que en todo momento presenta atributos femeninos. “La mar era hermosa… bailaba, con el ocaso del sol, con flecos de espuma, como muchachas que exhibían ropas… Se enrollaba sobre mí muy inocente, con maneras virginales". Es una muestra de la sexualización del paisaje, que es un personaje más. El componente sexual está presente en todo el libro.
Una novela muy interesante.
"Dábamos claridad a un mundo ciego. Vivíamos en la torre del amor"